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La decoración industrial nunca pasa de moda. Por increíble que parezca, da igual el tiempo que pase que la decoración de tipo industrial, inspirada en el Nueva York de los años 50, está hoy más en vigor que nunca y es de hecho una de las más demandadas entre las tendencias de decoración de 2020.
Sus orígenes se remontan a una época en que los jóvenes artistas buscaban espacios para instalarse en las viejas fábricas abandonadas, transformándolas en lo que hoy conocemos como lofts aprovechando al máximo los espacios y los materiales que tenían a mano. De ahí que el hierro, el acero, el hormigón y la madera sean los protagonistas de un estilo de decoración que usa también elementos con un aire retro y vintage. Veamos sus claves.
¿Cómo reproducir en un rincón, en nuestro hogar, nuestra oficina o nuestra segunda residencia, un estilo de decoración de tipo industrial? A diferencia de lo que pueda pensarse, aunque se puede conseguir una decoración industrial barata este estilo puede ser muy sofisticado y refinado, y también moderno e innovador, especialmente si se combina con los elementos y muebles adecuados. Veamos sus claves.
Una características de este estilo es que adora los grandes espacios amplios, eliminando en la medida de lo posible todas las barreras para que las diferentes estancias convivan entre sí, y además dejando desnuda la estructura principal, quedando a la vista vigas, ladrillos, cañerías o incluso cableado eléctrico.
Lo ideal para este estilo es contar con techos altos o un espacio que ofrezca una sensación de amplitud, y por supuesto con grandes ventanales como los que había en las naves industriales abandonadas y que dejen pasar ingentes cantidades de luz, como éstos que observamos en este espacio usado para mostrar esta colección de sofás de Cassina:
Como hemos dicho, en este tipo de decoración además de buscarse amplitud de espacio las estructuras se muestran al desnudo y se enseñan sin complejos tuberías, paredes sin recubrir, techos con vigas al descubierto, cables… El objetivo es no enmascarar ni ocultar los materiales que forman parte de la construcción del propio lugar, ya que se trata de transmitir esa vinculación con lo fabril.
No obstante eso no impide que a la hora de poner una decoración industrial en una habitación seleccionemos qué materiales o qué partes queremos mostrar, y cuáles no; podemos incluso ocultarlas y usar otros elementos característicos de este estilo pero sin que tengan un acabado tosco; fijémonos por ejemplo en este techo con vigas vista que se superpone a un original mueble de televisión diseñado por Porada:
Por eso aunque en la decoración industrial a menudo no se busca la perfección sino texturas irregulares y con un aspecto desgastado, eso no significa que no podamos crear nuestro propio estilo usando los materiales característicos de este tipo de decoración y combinándolos con muebles singulares y funcionales como éste, que recurre también al uso de materias primarias.
Los negros, grises y tonos marrones son los que dominan en este estilo, donde se usan habitualmente tonos sobrios con alguna que otra licencia de color, por lo general imprimido en algún mueble que use tonos ocres, azules o amarillos para crear contraste.
El gris sin embargo es el que domina en techos, paredes e incluso suelos, tal y como puede observarse en la decoración industrial de este salón, donde se usan los elementos típicos para crear una composición dominada por la original vitrina en forma de V de Cassina:
No obstante las paredes de ladrillo vista pueden ser una buena forma de introducir color, ya sea rojo o incluso blanco, pudiendo crearlas con simple papel pintado. El uso de la madera también aporta contraste con el cemento, el hierro o el acero, y contribuye también a dar más calidez al ambiente aunque sin que sea el elemento dominante.
Los acabamos de mencionar: el hierro, el acero, el hormigón y la madera son los protagonistas de una decoración de estilo industrial, normalmente combinándose entre sí para crear todo tipo de elementos, desde estanterías hasta muebles, incluyendo librerías, sillas o mesas. Es precisamente esa mezcla y la combinación con la madera lo que aporta personalidad al espacio a través del contraste de materiales, formas, tonos y texturas.
En definitiva, tenemos que tener presente que un estilo industrial no significa necesariamente sobriedad y desnudez, sino que también busca combinar estos elementos y materiales de una forma creativa y original, pues no en vano hablamos de un estilo fundado a partir de unos espacios destinados al arte, por lo que la innovación también debe estar presente.
Un ejemplo de buena combinación de estos materiales lo vemos en esta cocina de Dada, donde hierro y madera se entretejen en el techo para contrastar con los tonos grises de la madera, el mármol y el resto de elementos de la isla:
Por supuesto, hay que tener siempre presente que en una decoración de estilo industrial sobran los ambientes sobrecargados de elementos decorativos superfluos. Esto quiere decir que a la hora de elegir la decoración, debemos optar más por la calidad que por la cantidad (ya se sabe, lo bueno si breve…).
Se puede recurrir al uso de piezas antiguas con cierto toque vintage, como botellas de vidrio, libros o maletas antiguas, lámparas de estilo retro… y por supuesto que no falten grandes lámparas de techo metálicas como estas diseñadas por Brokis, que juegan con diferentes tamaños y alturas para crear incluso ambientes diferentes dentro de un mismo área:
Sin duda los muebles juegan un papel fundamental para lograr personalizar cada ambiente, especialmente si tenemos en cuenta que son los que pueden aportar algún elemento de color a una decoración que usa tonos bastante sobrios. Suelen ser muebles con mucha personalidad, donde los materiales característicos de esta decoración están también presentes.
No obstante, en la decoración de estilo industrial lo vintage tiene su propio hueco y por ello podemos usar también muebles con un toque vintage e incluso desgastado, o si preferimos algo más moderno utilizar mobiliario con diseños que tengan un aire retro que sirva para retrotraernos a mediados del siglo pasado. Una buena elección para este fin puede ser esta butaca que nos presenta Meridiani:
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