Un vestidor es una zona continua al dormitorio o al aseo, en donde se dispone nuestra ropa de forma ordenada y siempre al alcance para poder ser utilizada. En los vestidores se colocan varios armarios con diversos tipos de complementos tales como: zapateros, barras, cajones, baldas, corbateros, pantaloneros, etc. adecuadas para cada tipo de ropa. Pero además, podemos introducir otros elementos que nos ayuden a estar cómodos a la hora de vestirnos, que es en realidad, la función principal de este espacio: butacas, espejos, pufs, alfombras o lámparas.
¿Pero cómo diseñar un vestidor? Elegir el diseño de un vestidor depende de nuestras necesidades y el espacio del que dispongamos. La zona óptima para situarlo es entre el dormitorio y el baño. Las formas más habituales son:
Un punto a tener en cuenta, es que un vestidor tiene que estar preparado para ropa de verano y ropa de invierno. Por este motivo, es importante disponer de percheros para ropa larga, baldas extraíbles para jerséis y camisas, o cajoneras con organizadores para complementos.
Mantener el orden es imprescindible para encontrarnos a gusto. Para lograrlo, una buena idea es colocar la ropa que mas utilizamos en los estantes más cercanos. Además, disponer las prendas por colores y tamaños y no sobrecargar los percheros y cajones ayudan a la decoración y a mantener nuestra ropa en un estado óptimo.
Los zapateros no pueden faltar en un vestidor. Se deben situar en una zona alejada de la ropa para evitar los malos olores y el polvo.
Otro elemento importante en un vestidor son los espejos. Es fundamental tener al menos un gran espejo con iluminación integrada. Además proporcionan luz y dan sensación de amplitud. Pero hay muchas más cosas que podemos introducir para aportar color y personalidad, como butacas, alfombras, maniquíes o lámparas.
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